Grupo de Mountain Bike Sierra de Tineo

martes, diciembre 26, 2006

Ruta Parque de Redes, Puerto de Tarna - Brañagallones - Bezanes

Ruta Parque de Redes, Puerto de Tarna - Brañagallones - Bezanes.


La ruta parte desde el Puerto de Tarna donde tomamos a la derecha la carretera al Puerto de las Señales, un primer tramo que nos sirve para entrar en calor. Son aproximadamente las 9.00 de la mañana y no ha dejado de llover desde las siete y media de la mañana, hora a la que salimos de Tineo, ¡ Ya hay que tener afición!, además hace bastante frio lo que hace los primeros kilómetros de travesía algo durillos.




En el Puerto de las Señales

Desde este primer puerto comenzamos un pequeño descenso por carretera hasta la segunda gran curva, la que está a la entrada de un llamativo valle, el del rio Pinzón. Cogemos la pista que corre paralela al rio por la ladera izquierda hasta su cabecera por un agradable camino entre un bosque de hayedos, para terminar en lo alto de un collado donde el camino practicamente desaparece. En este punto la mayoria de las rutas consultadas aconsejan seguir por el cordal hasta el siguiente collado. Nosotros optamos por seguir una leve sombra de camino que desciende por la parte izquierda de la loma directamente serpenteando por la ladera en un recorrido complicado y bastante técnico hasta la majada de La Libiada. Desde aquí bajamos por una pista en un rápido descenso hasta la carretera del Puerto de San Isidro.


EL Valle del Rio Pinzón



Carretera de circunvalación a la Libiada


Una vez que hemos llegado todos a este punto ascendemos por la carretera del Puerto hasta llegar debajo de la urbanización y tomamos lo que se denomina camino real de Wamba valle arriba hasta el Collado Acebal. El tiempo no nos da tregua ,apenas ha dejado de llover durante media hora y el frio a esa altitud nos deja a casi todos algo tocados. El Collado no sé exactamente a que altura está pero los picos circundantes rondan todos los 2.000 metros de altitud y están tan cerca que desde el Collado parece que tan sólo son unos pocos metros de desnivel.
Después de un pequeño descanso al abrigo de una cabaña iniciamos el descenso hacia la majada de Mericuria, visible más abajo. Este tramo es altamente técnico, muy pendiente y ciertamente peligroso, de hecho hubo algún que otro percance sin mayor relevancia.







Una vez en la majada de Mericuria el camino se coge por la derecha, es una pista muy poco marcada y que practicamente se coge por intuición. Poco a poco el camino se va haciendo más marcado a medida que se va adentrando en un impresionante hayedo, desembocando en una pista forestal que nos lleva a toda velocidad hasta Brañagallones donde estaba previsto parar a comer en el Hotel Restaurante que hay en esta braña. Esta ruta ya estaba programada con anterioridad y se reservó la comida con antelación advirtiendo a los encargados de este hotel que podiamos llegar a comer tal vez un poco tarde. Por teléfono no había problema de ningún tipo pero al llegar a Brañagallones nos atendieron a regañadientes. Si bien asumo la responsabilidad de este comentario a título particular salimos todos con la misma impresión... la de haber comido pesimamente mal, por lo que no aconsejo a nadie parar allí a comer, llévense bocadillos de casa.
Una vez que salimos del chiscón de Brañagallones afrontamos la última parte de la ruta, la bajada hasta Bezanes por la pista que discurre sobre los precipicios del rio Monasterio. En este tramo es imprescindible llevar la mecánica de la bicicleta en perfectas condiciones y muy especiálmente los frenos. El descenso es salvaje, muy rápido y pronunciado, por una pista ámplia y en buenas condiciones hasta Bezanes punto final de esta ruta de algo más de 40 kilómetros.























































viernes, diciembre 15, 2006

Portfolio fotográfico









Aquí presentamos un pequeño portfolio de fotografias hechas por miembros del grupo en otras rutas de mountain bike.

sábado, diciembre 09, 2006

Ruta Genestaza - Alto de la Patana - Tuña


Esta ruta parte desde el pueblo de Genestaza en el extremo sur del Concejo de Tineo, famoso y muy visitado por la fana del mismo nombre, curioso fenómeno geológico que no dejará indiferente al biker. El primer tramo de la ruta de unos dos kilómetros es de carretera asfaltada y va hasta las proximidades del pueblo de Azorera. Aquí cogemos el sendero que siguiendo paralelo el cauce del rio nos sube hacia la campa de los cadavales atravesando por completo la sierra de la Cabra por el valle que la separa de la sierra de Dagüeño. La ruta va en ligero ascenso de forma constante intercalando tramos de una antigua calzada empedrada con otros de tierra y varios más en donde el camino desaparece por completo. En cualquier caso al tratarse de ascender un valle no hay lugar a pérdida. La cercania del rio, la belleza del paisaje, las vistas que vamos dejando tras nuestro a medida que cojemos altura, hacen que la subida sea mucho más llevadera. Esta zona del concejo es de un alto valor ecológico con buenos ejemplos de bosque autóctono con gran cantidad de hayas, enormes praderas y afortunadamente no está nada degradada por la mano del hombre. Es fácil ver entre otros animales corzos, zorros, ardillas, truchas hasta tramos muy altos del rio, y abundantes rastros de lobos.
Cerca de la campa de los cadavales se puede ver como por la ladera derecha baja un pequeño afluente hasta el rio, a poco que uno se fije se pueden apreciar las ruinas de una antigua braña vaqueira con numerosas cabañas lamentablemente todas ellas devoradas por la vegetación.
La campa de los cadavales toma su nombre de los "cadavos", un tipo de arbusto muy frecuente en la zona, este es nuestro primer objetivo, aquí se encuentra el límite geográfico de los concejos de Tineo, Somiedo y Cangas del Narcea. En este punto se forma una pequeña laguna que suele ser refugio de aves acuáticas. Vamos llegando poco a poco cada uno su ritmo y después de un breve avituallamiento iniciamos el ascenso a la cima de la Patana. Este es el punto más alto del concejo con 1.532 metros. La subida es dura, luego se hace muy dura, luego se hace infernal y por último hay que echar pié a tierra, el desnivel y el firme de piedra suelta nos obliga a ello. En cualquier caso merece la pena el esfuerzo, basicamente por dos motivos. El primero es el excepcional paisaje, desde la Patana se domina una buena parte del valle del rio Pigüeña, los principales picos de Somiedo, y ,ámplias zonas de montaña de gran belleza. El segundo motivo es el descenso a "tumba abierta" como dicen los ciclistas de carretera. Un descenso vertiginoso, bastante técnico, sobre todo en el primer tramo de la bajada ya que la pista es una sucesión infinita de piedras sueltas algunas bastante grandes y en cierto modo peligrosas, la última parte es de suelo muy firme y campo a través con numerosos saltos ... muy...muy divertido.
A los Cadavales se puede acceder en coche desde Portiella, nosotros utilizamos esa pista que se abre hacia el concejo de Cangas para el descenso de los Cadavales, enlazando con la carretera asfaltada durante unos cientos de metros para volver a desviarnos a mano derecha aprovechando nuevas pistas de concentración parcelaria recorremos el cordal y seguimos descendiendo por unas pistas muy rápidas hasta Llamas del Mouro para rematar el último tramo de la ruta y bajar hasta Tuña desde Llamas por la carretera de la Silva. Como ya hemos comentado en nuestra presentación nuestro grupo se dedica también a la investigación culinaria, por lo que a modo de clausura de la ruta nos deleitamos con una opípara comida en el Restaurante Pipo de Tuña.


Un pequeño alto en el camino


Jose Manuel

Manolo Ramos



Un tramo de la subida, al fondo los Cadavales
la ladera de la izquierda es de la Patana,
imaginaos como fué la subida...



Una fotografia de la sierra de la Cabra


Unas hayas al borde del camino




La Campa de los Cadavales

























Francos





















Victor




















Celso



La foto de grupo


















En la cima de la Patana, con el buzón de montaña
en primer plano.


















El valle del rio Pigüeña desde la Patana